Comunicasdra septiembre de 2012
Retos para el envejecimiento activo de personas con discapacidad
La expectativa de vida de la persona con síndrome de Down es hoy de 62 años. Así lo manifestó hace pocos días en una jornada de ASDRA el Director de la Escuela de Familias de Down España y de la Fundación MAPFRE, el licenciado Gonzalo Berzosa, quien participó de una reciente investigación al respecto. Y este dato toma especial fuerza en el Viejo Continente, ya que en la actualidad allí se celebra el “Año del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional”.
El evento mencionado -que fue establecido por el Parlamento Europeo y el Consejo dela Unión Europea (UE)- tiene un claro desafío para los Estados y quienes trabajan en temas relacionados con la Tercera Edad, tal como explica el Instituto de Mayores y Servicios Sociales madrileño: mejorar las oportunidades de envejecer activamente en general y de vivir independientemente, actuando en ámbitos tan distintos como el empleo, la sanidad, los servicios sociales, la formación de adultos, el voluntariado, la vivienda, los servicios informáticos o el transporte. Y las cuestiones mencionadas, que de por sí no son sencillas para la población de edad avanzada en general, adquieren serios retos cuando se trata del colectivo con discapacidad.
Para Paulino Azúa, Delegado de Estrategia y del Tercer Sector del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), los principales retos para el envejecimiento activo de personas con discapacidad son los siguientes:
- Las propias personas con discapacidad a las que la sociedad ha condenado, en demasiadas ocasiones, a llevar una vida pasiva, sin alternativas, con escasas o nulas posibilidades de participar tanto en la vida social como, a veces, incluso en la familiar.
- La sociedad, que continúa pensando y, lo que es más grave, actuando como si quien tiene una discapacidad tuviera menos derechos que quienes no la tienen. Muchos ciudadanos reconocen en abstracto esa igualdad de derechos, siempre que tales derechos no entren en competencia con los propios.
- Los poderes públicos que deberán actuar de forma que los ciudadanos mayores con discapacidad puedan vivir de forma independiente. Para ello deberán actuar en ámbitos tan distintos como el empleo, la sanidad, los servicios sociales, la formación de adultos, el voluntariado, la vivienda, los servicios informáticos o el transporte. Y estos ámbitos deberán estar desarrollados por el principio de accesibilidad universal actuando de forma transversal en todos ellos.
Los Principios Rectores para trabajar en estos retos son claros. Y están enunciados en el tercer artículo de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, donde, entre otros, se destaca la importancia de “la participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad”.
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