Discapacidad y Sexualidad: Otro amanecer
Fuente: http://palabrademujer.wordpress.com/2009/12/03/discapacidad-y-sexualidad-otro-amanecer
Por: Aloyma Ravelo*
La población en general, y la persona discapacitada en particular, tiene que cambiar su guión, y no seguir valorando el sexo exclusivamente como un equivalente del coito y el placer erótico. La sexualidad ofrece muchas variantes que permiten sentir satisfacción y plenitud en esa esfera. Hablemos francamente de esto.UN TEMA SILENCIADO
En la literatura especializada y entre los propios discapacitados/as, se reconoce como una deficiencia, la escasez de artículos, libros y materiales audiovisuales que tratan la sexualidad de las personas con discapacidad.Este tema, tan sensible, tampoco se aborda lo suficiente en congresos y eventos científicos. Sin dudas, es un talón de Aquiles en la cultura social y profesional de muchos países.
Hoy, en Palabra de Mujer, presentamos al doctor José Julián Castillo, autor del libro “Sexualidad y Discapacidad”, un investigador cubano que ha realizado importantes aportes al tema, reconocido en América Latina, e iniciador de tales estudios, hace más de 20 años.
CON DISCAPACIDAD HAY SEXUALIDAD
Nuestro entrevistado abre el diálogo, precisando un aspecto esencial: “La salud sexual es un derecho de todos los seres humanos, independientemente del sexo, raza, religión, orientación sexual, clase social o limitaciones físicas, sensoriales o mentales. Nadie es tan marcadamente discapacitado/a para que no pueda expresar y vivenciar su sexualidad”.
Con total honestidad el doctor Castillo reconoce que atender la sexualidad de estos grupos poblacionales, no solo permite y vislumbra una vida más satisfactoria, sino que mejora la calidad de vida en general, y esto reviste una gran trascendencia.
Enfatiza que uno de los errores más comunes que se comete por la población y por el propio personal médico, es considerar como limitada la sexualidad de las personas discapacitadas. “Puede que algunas de estas mujeres y hombres presenten trastornos más o menos severos, pero esto no quita que sus derechos, responsabilidades y expresiones sexuales sean iguales a las del resto de la población. La solución no es buscar las diferencias, sino comprenderlas, obtener el máximo disfrute y plenitud personal y social, con las capacidades residuales que se tengan”.
DE OTRA MANERA
Aquellas personas que por enfermedades o accidentes han quedado sin poder caminar o con otras limitaciones, el doctor Castillo las asesora ofreciéndoles a él, a ella, a la pareja, diversas técnicas para que, por ejemplo, en el caso de los hombres, logren una erección, cuando y cuanto sea posible. Insiste en que las caricias para el sexo son muy importantes; y que por lo tanto, deben ser muy valoradas por quienes padecen una discapacidad motora. Estas personas tal vez tienen zonas de su cuerpo que no sienten, pero tienen otras que pueden ser empleadas y crean un gran disfrute y deleite. Algunas mujeres parapléjicas han llegado a sentir de manera muy intensa en la zona de los senos, el cuello, la espalda, la cara y los labios.
La piel, con todas sus terminaciones nerviosas, se convierte en una legítima vía de contacto íntimo, pródiga en placeres que se puede prolongar con las caricias, hasta obtener los máximos niveles de goce y excitación. Un intercambio sexual no necesariamente tiene que culminar siempre con la penetración o la obtención del orgasmo, expresa el especialista.
“Iniciar y pensar en el acto sexual solo con esos fines, limita las posibilidades de disfrute de cualquier pareja, ya sea discapacitada o no, y en no pocas oportunidades genera sentimientos de frustración cuando por cualquier motivo, a veces sencillos, no se puede obtener una erección o alcanzar el orgasmo”.
Aprender a disfrutar de las caricias, interiorizar que son una genuina forma de intercambio sexual, ampliará el horizonte erótico de las personas, incluidas las no discapacitadas, disminuyendo los niveles de ansiedad, y la sensación de estar pasando una prueba, un examen evaluativo, que muchas veces se asume cuando se tienen relaciones sexuales.
MÁS QUE UNA CARICIA
El experto en rehabilitación sexual de personas discapacitadas, afirma que las caricias pueden ser practicadas y recibidas en cualquier zona del cuerpo. La forma de realizarlas, el ritmo, la profundidad y constancia, la utilización de cremas, talcos u otras sustancias, y las áreas corporales escogidas, dependen de los gustos y experiencias individuales o de la pareja.
Es del criterio que las fantasías sexuales para estas personas son recursos eróticos que tienen suma importancia en cuanto a acompañar o preceder las actividades sexuales. Con ellas, se incrementan los niveles de deseo y excitación.
Las personas con deficiencia adquirida en la adultez, a menudo fantasean con experiencias vinculadas con su imagen corporal anterior; si esto no produce disminución de la autoestima o trastornos en sus relaciones personales, no es dañino, pero si genera ansiedades o perturbaciones, la persona debe intentar incluir en sus fantasías la actual imagen corporal y construir nuevas vivencias eróticas, a partir de su nueva condición. Podría parecer esto algo muy difícil, pero se logra cuando se tiene un interés marcado por disfrutar y hacer disfrutar de experiencias sexuales.
Recomienda el profesional a sus pacientes que padecen de una deficiencia, que cuiden de su apariencia y aspecto personal, ya que esto contribuirá a verse como seres sexualmente activos/as y deseables.
TERAPIA GRUPAL
Una de las técnicas más aplicadas por el doctor Castillo y que resultan excelentes vías para tratar los problemas sexuales y los relacionados con la discapacidad, son las terapias colectivas, ya que se conforma un grupo que presenta diversidad de realidades, dilemas, estilos de vida diferentes, y esto permite a quienes participan confrontar sus experiencias, aciertos, fallos, y adquirir nuevas herramientas para conformar sus vidas.
En las terapias grupales, advierte el entrevistado, cada quien aprende del otro/a y, a su vez, se convierte en un maestro/a, a partir de sus propias experiencias.
Programa las terapias grupales a modo de talleres, en los que el grupo, constituido por profesionales y pacientes, familiares y en ocasiones miembros/as de la comunidad, tienen el interés común de superar los problemas individuales, escuchar y respetar los criterios y opciones de los/as demás. Se persigue como elemento fundamental, reforzar la autoestima, desarrollar en hombres y mujeres los recursos necesarios para que disfruten plenamente su sexualidad, desde la situación de una persona con discapacidad.
Por último, el doctor Castillo aclara que “si solo se piensa en la sexualidad como un equivalente del coito y el placer sexual, muchas personas con deficiencias, limitaciones o restricciones severas para su participación social, tendrán muy limitada esta posibilidad en sus vidas y no podrán, entonces, sentirse satisfechos y plenos como hombres y mujeres”.
“Sin embargo, si consideramos la sexualidad como una parte indisoluble de la personalidad, implicada en todas las dimensiones de la vida, los caminos para vivenciarla totalmente, desde las circunstancia individuales, serán numerosos”.
Mitos y estereotipos que influyen de manera negativa en la sexualidad de las personas discapacitadas
- Los minusválidos/as son asexuales.
- Los minusválidos/as dependen de los demás, por lo que necesitan que les protejan.
- La incapacidad física genera incapacidad psíquica.
- Los minusválidos/as deberían casarse con personas como ellos/as.
- Los padres de niños o niñas disminuidos/as físicamente, no desean ofrecerles educación sexual.
- El orgasmo es esencial para el goce sexual pleno.
- Si un/a disminuido/a físico padece un trastorno sexual, casi siempre se debe a su condición de minusválido/a.
- Si una persona no minusválida, mantiene relaciones de pareja con un disminuido físico, ya sea hombre o mujer, es porque no puede atraer a personas “normales”.
* Periodista cubana. Lleva a cabo una amplia labor de difusión del tema sexualidad en medios impresos, radiales y televisivos de Cuba. Profesora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana. Colabora con Palabra de Mujer desde 1998.
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